viernes, 19 de octubre de 2007

Pig Pija

“Dame un besito” dijo la pija alta a su clon 20 centímetros más bajo tratando de modular el tono de su voz a lo que suponía era la elegancia con la que hablaban las escuchumizadas modelos de París. Sin darle a tiempo a reaccionar, la alzó en el aire y mientras aún brazeaba al sentir que sus pies ya no tocaban el suelo, le estampó un sonoro beso en la mejilla, imprimiéndole su sello y sus babas que al reccionar con el maquillaje de la pequeña pija provocó que el Universo se combase varias veces sobre si mismo para escapar a lugar donde no matan a estacazos a focas cuya sangre salpica la sotana de un Papa que se enfrasca en partidas de ajedrez sin Reyes, donde el grunge se suicidó antes de nacer, y donde las pijitas que quieren crecer pronto para ser pijotas tienen cacolas en la punta de la nariz.

Sin realidades de su gusto a las que huir, el Universo se estabilizó, no sin antes estar seguro de que a una de las dos pijas le estallaba la cabeza como una sandía con un barreno en elinterior. A la otra, claro, no le quedó más remedio que ir de compras.

“¿Y tú qué miras?”

“Nada”

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Saurio, supongo que esta historia encuentra su base en un episodio autobiográfico. Quizá, y esto es ya por escapar un poco del curro, el gran Metalsaurio tocaba la guitarra en una esquina de la ciudad. Puede que las dos pijas, la alta y la baja, se pararan justo a su verita, vera. Incluso es posible que una de ellas estuviera buena, y el Saurio, que me atrevo a decir que últimamente anda un poco falto de cariño, se quedara mirándola... tan enellamismado, aunque fuera una pija, que su guitarra también enmudeciera. Ella, confiada, segura de si misma y su belleza, le replico al réptil, y éste, sumiso ante tal hermosura no pudo más que humillarse.

Metalsaurio dijo...

Ni buena estaba, ni buena...

Anónimo dijo...

De todas formas, seguro que otro día habrá más suerte...

Metalsaurio dijo...

...y le estalla la cabeza ;)

Anónimo dijo...

jaja...