martes, 21 de agosto de 2012

Ignorantes

Ciertas situaciones del día a día me resultan tan chocantes que las tengo que vomitar en algún lado para no morir de vergüenza ajena.

Situación:

Llega un cliente, pausado, tranquilo, de americana, poblada barba blanca y tez morena. Lo atienden educadamente y él, con la misma buena educación con la que entró, se va.

¿Normal? Sí, si no fuera por los comentarios posteriores de la oficina:

A: ¡Menos mal que lo atendiste tú! ¡qué miedo!

B: Sí, ya te ví, escondiéndote.

Metalsaurio: ¿Por qué tenías miedo?

A: ¿Tú viste qué pinta? ¡daba mal rollo! ¿a qué sí?

Metalsaurio: A mí me tenía buena pinta. ¿Qué le pasaba?

A: ¡Que tenía mala pinta! ¿A qué sí, C?

C: Sí, Metalsaurio, tenía mala pinta.

Metalsauio: ¿lo decís porque era oscuro? 

C: Pues sí.

A (de fondo): ¡era gitano!

Metalsaurio: tú también eres muy morena, podrías parecer gitana y no pasa nada.

A: no es lo mismo.


2 comentarios:

El Ártabro dijo...

Vivir para ver...¿que se suponía que te iba a hacer el cliente? ¿gritarte? ¿acaso no es lo que hacen todos?... está claro que ser cliente unifica razas, credos y hasta filias a equipos de fútbol.

Pensemos en esta chorradita ya que sino nos echamos a temblar.....

Metalsaurio dijo...

Bueno...hay clientes y clientes ;)

Este se portó bien. Lo que me llamó la atención es verle mala pinta por ser de otra raza.

Confío en que iremos mejorando.

Un saludo!