miércoles, 29 de octubre de 2008

In Euskal Herria Creation?

Seventh Avenue es un grupo alemán de Metal Cristiano que no lo hacen nada mal. El que tengan una canción que se llame "Heaven can't wait" en contraposición al "Heaven can wait" de Gamma Ray, da un poco de risa...pero lo voy a pasar por alto porque no está relacionado con lo que quiero comentar.

El propósito de este post y del vídeo que pongo a continuación es responder a la siguiente pregunta: ¿Realmente dicen "In Euskal Herria Creation" a los 10 segundos de canción?



No.

No, lo que dicen es: In this gallery of creation. (Una pena, porque la opción de "Euskal Herria Creation" es bastante más graciosa)

Aquí queda la letra completa, para quien le pueda interesar:

Everything upon this planet
Creatures under the heavens span
Evidence for your endless power
Part of your masterplan
In this gallery of creation
The exhibition is just perfect

Mankind is taking part in
This deceptive endless play
Some want to be directors
But we prefer to pray
Cause we are cast just for a lifetime
We are actors on the run for text

Mighty creator of all the heavens and the earth
Infinite king the satan gives you a wide berth
With hearts on fire our tongues are giving
Cheers to you, almighty Lord!

Shout it out!
He is the king
Peace and justice he will bring
Burning hearts
Tongues of fire
For his name

When I look at the sky that you have made
The moon and the stars above
You set them in their places
They all are telling of your love
I ask myself who am I
Who am I that you care for me?

If I would try to scape
Where could I hide from you?
With open arms you are waiting
You're the one who brings us through
Patience and love you proved it
Confession breaks the devil's neck

Mighty creator of all the heavens and the earth
Infinite king the satan gives you a wide berth
With hearts on fire our tongues are giving
Cheers to you, almighty Lord!

Shout it out!
He is the king
Peace and justice he will bring
Burning hearts
Tongues of fire
For his name

Shout it out!
He is the king
Peace and justice he will bring
Burning hearts
Tongues of fire
For his name

domingo, 26 de octubre de 2008

Hear N Aid - Stars

La primera vez que escuché esta canción fue con un videoclip en una salida nocturna. Me resultó increíble que tantas y tantas estrellas del rock de los 80 estuviesen reunidas en una sola canción que no es ni la mitad de conocida de lo que se merece:

-Joé, sólo falta el de Queensrÿche.

Segundos más tarde aparecía Geoff Tate (cantante de Queensrÿche).

No daré más nombres para no estropeárselo al que no lo haya visto, sólo diré que es bastante probable que os quedéis con la boca abierta.



El disco en el que aparece la canción se llama “Hear N Aid” y fue formado con vistas a recaudar fondos para ayudar a mitigar el hambre en África.

¿Tiene algo que ver Bob Geldof con todo esto? En la wikipedia no hace referencia; sin embargo no me extrañaría que fuese la versión metalera del Live Aid de Bob (en el que también participaron no pocos artistas del rock -Led Zeppelín, Judas Priest, Black Sabbath…-) pero esa, dado que no formaron un grupo conjunto, esa otra historia.

lunes, 20 de octubre de 2008

Hasta vomitar II (Superación III)

Continuación de Hasta Vomitar, historia inspirada en Superación de "Martir de Mis Deseos". Para esta segunda parte, tomo como principio la frase (como siempre, en cursiva) que Atenea aportó al Cuentacuentos.

El pastel estaba en el horno desde última hora de la tarde, preparado para ser la estrella de una cena que semanas atrás me había comprometido a dar, sin intención de cumplir mi palabra, y, sin tener en cuenta que en cualquier momento el teléfono podría sonar para recordarme que hasta las promesas más informales son sagradas.

- Qué alegría volver a saber de ti.
- …
- Sí, sí.
- …
- Pásate a partir de las 10.

No recuerdo en qué momento habíamos intercambiado los teléfonos, ni siquiera si había habido un intercambio, ya que, de ser así, tendría el suyo; si lo apunté, es que más que posible que fuese en una de esas servilletas que tiro en cuanto cierro la puerta de mi casa –“te llamaré”- para la definir la frontera entre sexo y amor. ¿Cuántas servilletas como la mía habría en los contenedores pendientes, o no, de reciclar? En el fondo, tiene su macabra gracia.

Mi servilleta se presentó puntual “a partir de las 10”, -es decir, a las diez y un minuto- sonriente, y con hambre.

- ¿Está el pastel listo?
- Claro.

Y me bajé la cremallera.


jueves, 16 de octubre de 2008

El Club De Los Necios (Fuck You In Hell)

La casualidad lo invitó a la fiesta de disfraces, y él, gustoso, aceptó.

No tenía muchas opciones entre las que elegir un traje –de hecho, no tenía ninguna- por lo que pedirle a su hermano el disfraz de payaso con el que se ganaba el sueldo animando fiestas infantiles le pareció lo más acertado. Y así, irreconocible entre rombos de colores y nariz luminosa, se presentó en lo que distaba mucho de ser un salón veneciano repleto de elaboradas máscaras y buen gusto; al contrario, una legión de sanchos panza disfrazados de quijotes, le concedieron un respetuoso y exagerado saludo más propio del siglo XIX que de una fiesta del XXI. Tampoco sus conversaciones, en una forzada pose culta, lo invitaban a participar, y, de haberlo intentado, sus estridentes rombos de payaso se hubiesen convertido en estúpidos y gordos lunares.

Entre los destellos de su nariz, afiló la mirada y trató de identificar entre el exquisito rebaño a quien días atrás le había entregado la entrada; se volvió al sentir una mano cerrarse suavemente sobre su brazo, sorprendido, creyendo distinguir bajo la máscara el guiño de un ojo.

-¿Hola?

-Beeeeee.

martes, 14 de octubre de 2008

Naturaleza

Nueva historieta para el Cuentacuentos, para la que era necesario tomar como principio la frase sugerida por Sechat. La frase de Sechat, va en cursiva.

Otra vez ese olor extraño golpeaba su nariz
con la fuerza de un millón de hortensias. En la oscuridad, un arrugado pañuelo de papel la observaba despreocupado desde el suelo, y su mirada y fetidez, no le permitían conciliar el sueño.

-¿Estás dormido? –en un susurro cada vez más alto, repitió la pregunta hasta que consiguió su objetivo.

-¿Eh?

-Perdona…pensaba que estabas despierto.

-¿Eh?

-¿No lo hueles? Huele mal. A ráfagas. Qué asco. Es como…aquella vez fuimos al campo…

-Duerme, anda –se revolvió entre las sábanas y le dio la espalda para resguardarse en su sueño.

-¿Estás despierto? ¿No lo hueles?...¿qué será?

-¿Qué?

-¿No lo hueles?

-Será…el pañuelo de papel…es que tardabas en llegar…


miércoles, 1 de octubre de 2008

Jabo el Jevo VI



-¿A casa, Don Carlos?

Para Don Carlos, los disparos en el aparcamiento del Golden no supusieron un inconveniente a la hora de encontrar un taxi que lo alejase de allí -consumidor habitual de sexo de pago, un taxista de confianza lo esperaba en el aparcamiento pese a que la noche presagiaba ser agitada- pero sí cierto nerviosismo que obligaba a su oronda humanidad a precipitarse en los movimientos y a teñir sus mejillas de un rojo del que cualquier observador distraído y desconocedor del tiroteo hubiese dicho que eran consecuencia de un polvo rápido y furtivo.

-No, no. Esta noche, no. Llévame a la iglesia; quiero rezar –dijo, mientras parecía deshincharse como un globo pinchado.

Don Carlos, padre de Daniela, putero y objetivo último de las balas de Jaime se sentía intranquilo, pequeño y observado, pero no a causa los disparos –“inevitables de vez en cuando a las puertas de un puticlub”, quería pensar-, sino, más bien por no saber qué explicación daría, si algún día unos de esos tiros lo alcanzase –inocente de él- en tan comprometida situación. Creyó que Dios le comprendería.

Reflejada en el retrovisor, la mirada nerviosa de Don Carlos era lo suficientemente clara y demente como para hacerle comprender al taxista de que de nada valdría discutir con su gordote cliente acerca de la razonabilidad de su petición, dada la hora que era. Y arrancó.

Algún coche, alguna moto, algún paseante demasiado joven para ser tan tarde y los halos de luz de las farolas en intervalos exactos fueron su compañía hasta la iglesia.

No lejos de allí, mientras en un noveno se desataba la orgía y daba lugar a un sugerente coro de gemidos, chirridos y tumbos, de un octavo piso bajaba en ascensor una esposa más amante de los objetos punzantes que de los matrimonios liberales. Un taxi la esperaba en la puerta.

-¿Dirección?

Salía ya el taxi y llegaba ya un muchacho corriendo. Salíasele el corazón del pecho y, diríase que los pulmones también estaban a punto de salir volando por las orejas. Era feo, de dientes grandes, aunque proporcionales al tamaño de unas enormes encías que asomaban cuando contraía el rostro al tomar aire. Caminó los últimos metros con paso más relajado. El edificio de su novia ya estaba cerca “por fin”. Dos drogadictos que nunca pisaban la iglesia dormían entre cartones, y sin embargo parecían no sacarle el ojo de encima, al igual que las ventanas y el portal del alto edificio de Daniela.

No timbró. El portal estaba abierto y, el ascensor, en la entrada.

Seguía respirando fuerte, aunque cada vez en más pausados rebuznos, cuando pulsó el botón que lo llevaría al octavo piso y recostó su espalda –dolorida por la incomodidad de la mochila- sobre una pared del elevador. Se la quitó y la miró casi con más miedo que recelo.

Un sencillo y elegante timbre anunció la llegada al octavo y la inminente apertura de puertas.

Al fondo del pasillo, en el vano de la puerta de su novia y al resguardo de la mortecina luz amarilla, una especie de ogro melenudo sin camiseta y en vaqueros, se despedía de Daniela con un beso de siete lenguas.

-¡Eh, tú, eh, eh! –Jaime rebuscó nervioso en la mochila- ¡Eh, eh, tú! ¿Qué haces? ¡Eh!- y cuando volvió a sacar su mano de ella, portaba la pistola.

A la mañana siguiente los periódicos titularon “Noche sangrienta se salda con dos muertos”.